La pausa del invierno nos da la posibilidad de incubar posibilidades ❄️

El invierno está a unos pocos días de iniciar, es tiempo de pausa, de hibernación de la naturaleza. La pausa del invierno nos da la posibilidad de incubar posibilidades, de reunirnos, de descansar, dormir y soñar. Es momento de soltar las ambiciones por un tiempo para aquietar nuestras actividades, reflexionar y rendirnos a la pausa de la naturaleza misma.

El solsticio de invierno esta próximo, un tiempo de nutrir nuestra alma en este simbólico punto de partida donde la obscuridad máxima incuba la posibilidad de volver a la luz.  No siempre reconocemos que esta oscuridad es necesaria, sin embargo, nos da la posibilidad de reconocer los ciclos de la naturaleza y de la vida misma dentro de nuestros propios ciclos.

Crear hábitos acordes con la naturaleza puede ser la fuente de nuestra salud y bienestar, al menos de acuerdo con Ayurveda y Yoga. A veces nuestra falta de conexión con la naturaleza y con nuestro propio cuerpo nos lleva a ignorar algunas señales. En lugar de aprovechar el invierno como un recurso de quietud, optamos por los excesos (más de los que ya hemos tenido durante todo el año), ignoramos la pausa de la naturaleza y continuamos sumando a nuestro cansancio crónico, el cual es la causa de la mayoría de nuestros desbalances físicos y emocionales.

La quietud y el descanso es el poder que necesitamos, son el antídoto a sobre esforzarnos, a sentirnos exhaustos y aun así exigirnos continuar. Ceder y rendirnos, es la medicina a nuestra perdida de inspiración y esperanza, es la respuesta a la necesidad más profunda de la naturaleza de nuestro cuerpo-mente-espíritu, Es importante que reconozcas la necesidad de restaurar y regresar a los ciclos naturales.

El invierno está regido por el Elemento Agua, tiene una energía femenina, es como una poderosa madre de la destrucción de la inactividad, del aniquilamiento y de la oscuridad, Pienso en el invierno como la poderosa diosa Kali del hinduismo, la cual al mismo tiempo representa la realidad ultima y la fuente del ser, por lo tanto, el invierno es también la madre de la creación misma, vaticina el resurgir de la naturaleza, de la luz y de la vida.   

Mientras se acerca el solsticio de invierno en el hemisferio norte, nuestra salud depende de este rico momento de oscuridad y quietud. Aunque tenemos la paradoja del bullicio y la demanda de las fiestas decembrinas, puedes crear una rutina diaria de pausa, descanso y quietud. Puedes hacer una meditación corta o movimiento suave y libre en el suelo, cede tu cuerpo, conecta con tu arraigo, con tu respiración y con la fuerza del Prana que es tu fuerza vital.

De manera intencional aparta tiempo de la noche o de la mañana antes que salga el sol, conecta con las horas de oscuridad para cultivar la energía propicia que te lleve a cruzar el portal del nuevo año con el solaz y quietud de la noche y la suave energía del Elemento Agua.

El Elemento Agua es un pozo desde donde fluye nuestra fuerza de vida, los sueños que somos llamados a cumplir. Cuando agotamos nuestra Agua, se manifiesta el miedo, nos consume el estrés, nos falta energía y perdemos la fe en la vida misma.   

El Agua es la medula de tus huesos (agua contenida en tu tierra), es tu sangre, tu linfa, tus fluidos celulares, tu líquido cefalorraquídeo…y las aguas de donde venimos y a las que un día regresaremos.

Cada inicio está preñado con su propia partida, cada regreso está preñado con su eventual partida. En el corazón de tu inhalación vive tu exhalación.

Deseo que tengas un delicioso y jugoso invierno, que el inicio del año te encuentre pleno, descansando en el regazo de mamá Tierra. Deseo que tengas un auspicioso inicio de año.

Namaste